pinturas
La complejidad de los años setenta para la mirada de un pibe de Constitución es por lo menos confusa, crecí con las advertencias de mi vieja cada vez que yo salía a la calle para alguna compra; “Si ves que desde un auto te llaman de adentro corré, no vayas a la policía, metete en cualquier negocio y grita, ha, y fijate bien en la balanza que el carnicero es bien rápido siempre trata poner de menos, no te distraigas”
Tratando de traducir, uno, en esta altura de la vida, a el razonamiento de un niño con aquellos mandatos familiares, traduciría “Cuando salgas a la calle tu vida va a estar en peligro, no por alguien que te quiere hacer mal al azar, sino, por alguien que te esta buscando a vos y no se te ocurra ir a la policía por que son ellos los que pueden llegar a ser, ha, y el carnicero alguien que no te conoce te va a querer cagar, no importa que no te conozca ni que vos ni tus ancestros le hayan hecho algo a su familia, no, solo hace el mal a muchos para sacar mas dinero a fin del mes, o sea que perjudica a la gente que lo elige para comprar, que le da el dinero para llevar su vida adelante”.
El Box: en la pantalla cóncava del televisor vestido con madera, sobre todo viendo a Monzón y Galíndez era muy chico para Ringo o Nicolino.
Del Box: los boxeadores, atletas de elite, poseedores del talento de pegar piñas, grandes soportadores de dolor, ojos de asesino, almas perdidas, locos, solo un loco sale al segundo Round, amigotes, populares, violentos, jugadores, hambrientos, adictos al presente, sangrantes, hombres heroicos, hombres bastardos, caras hinchadas, sudorosos pero sobre todo, todos, niños.
Del Box: el Ring, gritos, mucha gente apasionada pero sentada buscando la belleza y la muerte, el dolor, ver la humanidad sintetizada, la verdad, lo innegable, lo fáctico, la búsqueda de dos deportistas de dañar directamente el físico de su adversario, las luces cenitales, el ambiente, humo, ruido, la violencia.
Del boxeador: su lógica de vida que por alguna oscura razón admiro y me reflejo.
Del ring: el grupo humano, con la gente, con nosotros, todos, buscando algo que nos defina, buscando pasión, dureza, dolor y gloria.
Se apaga la tele, la pelea termino y la locura de los setenta vuelve.
Of Boxing
José Martín
The complexity of the seventies from the point of view of a lad from Constitución [neighbourhood] was - at the least - confusing. I grew up with the warnings of my old lady, every time I went out to buy something or other: “If someone shouts out to you from a car – run. Don’t go to the police. Get yourself into a shop and shout. Ah, and keep an eye on the scales because the butcher’s quick and always tries to rip you off. Don’t get distracted.”
Trying to translate (from a more mature perspective) the reasonings of a child when presented with these family mandates, one would understand: “When you go out onto the street, your life is in danger. Not from someone who by chance decides to hurt you, but because someone is out to get you. Don’t even think about going to the police because it might just be them. Ah, and the butcher – even though you don’t know him – wants to shit on you. It doesn’t matter that he doesn’t know you, or your family, only that he wants to do badly by everyone so that he ends up with more money in his pocket at the end of the month. Or rather, he rips off those who choose to give him their custom; those that pay his living.”
Boxing: on the concave box of the wooden-clad television, most of all watching Monzón and Galíndez. I was too young for Ringo or Nicolino.
Of Boxing: boxers; elite athletes; possessors of the talent to hit a punch; great bearers of pain; assassin’s eyes; lost souls; madmen; the only madman who makes it to the second round; the matey; the popular; the violent; the players; the hungry; the addicts to the present; the bloody; the heroic; the bastards; swollen faces; sweaty; but – above all – all of them, lads.
Of Boxing, the Ring: shouts; the seated yet passionate crowd; searching for beauty and death; pain; to see synthesized humanity; the truth; the undeniable; the factual; the quest of two sportsmen to directly damage the body of their adversary; the sentinel lights; the ambience; smoke; noise; the violence.
The Boxer: their logic of life that - for some strange reason - I admire and identify with.
The Ring: the human group, with the people, all of them, searching for something that defines us; for passion, duress, pain and glory.
The TV is switched off, the fight is ended and the madness of the seventies returns.